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DERECHO, POLITICA, ROCK N ROLL Y LIBERTAD

viernes, 24 de agosto de 2012

“THE EMBASSY” starring JULIAN ASSANGE



Hace algunos días, volví a ver “The Terminal”, de Steven Spielberg, protagonizada por Tom Hanks, película en la que Victor Navorski (Hanks) debe quedarse a vivir en la Terminal del Aeropuerto JFK de New York, pues se halla en un limbo jurídico: Salió de su país bajo un régimen, hubo un golpe de Estado y los Estados Unidos no reconocen al nuevo gobierno, y por ende, a los pasaportes y credenciales de Navorski, por lo que no puede abandonar la Terminal ni tomar un avión de regreso a casa, pues para hacerlo debe abandonar esta zona de tránsito internacional, cometiendo un delito y pudiendo ser apresado.

Esta historia se basa en la del refugiado iraní Mehram Karimi Nasseri, que efectivamente vivió en el Aeropuerto francés Charles De Gaulle entre 1988 y 2006.
Navorski debe hacer su vida en el aeropuerto, arreglárselas para sobrevivir, comer, dormir, etc. Limpia pisos y realiza toda labor posible para mantenerse en su sui generis estatus de habitante de la Terminal.

Al igual que Navorski en “The Terminal”, Julian Assange se halla en un limbo jurídico que le puede llevar incluso a vivir por el resto de su vida en la embajada ecuatoriana en Londres.

Aun cuando las acusaciones de violación existentes en su contra puedan ser muy discutibles (violación consentida, pero violación por ser sin condón?) lo real es que el Reino Unido contrajo la obligación de entregarlo a la Justicia Sueca para que enfrente los cargos allá. Valga decir que la Justicia sueca es una de las más reputadas internacionalmente por su respeto a la dignidad de los presos, no se diga de los que aun son solamente acusados. (pueden ver mi post “Ir a la cárcel en Suecia” al respecto)

El Ecuador, concede el Asilo Político a Assange que se encontraba ya refugiado en la Embajada ecuatoriana en Londres, sin embargo, no puede salir de ella y dirigirse al Ecuador, pues para eso se requiere de un salvoconducto del Gobierno Británico. Es discutible la entrega de este asilo, pues normalmente se concede a quienes se persigue por delitos políticos, y los cargos contra Assange son por delitos comunes, aunque mirando la pintura completa puedan aparecer temas efectivamente políticos si se toma en cuenta los procesos que siguen en su contra en los Estados Unidos, aun cuando Suecia ha manifestado que no lo entregaría a este país.
 
Entre los países latinoamericanos, sí existen convenios que obligan a conceder estos salvoconductos, sin embargo, el Reino Unido no tiene firmado Tratado o Acuerdo Internacional alguno que le obligue a ello, por lo que si no lo desea, no está obligado ni hay manera de obligarlo a que otorgue el mencionado salvoconducto.

Así, al igual que en la película de Tom Hanks, Assange podría quedarse a vivir en la Embajada Ecuatoriana por meses, años, décadas, incluso hasta su muerte, aunque en la película, el protagonista debe trabajar en lo que puede para procurarse su supervivencia en la Terminal, mientras que en “The Embassy” al igual que toda oficina diplomática, se financia con los recursos del Estado, es decir, de todos los ecuatorianos.

Mientras nos entretenemos con esta pintoresca obra político cinematográfica, de la misma forma que excelentes películas de cine independiente pasan desapercibidas, los escándalos por las firmas y afiliaciones fantasmas del CNE, el caso de Dalo Bucaram, entre otros, se pierden entre los pasillos del twitter y el poco eco que  les dan los medios, distraídos por la película más taquillera del momento “The Embassy” by Julian Assange.

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