LA MARCA "REVOLUCION"

Este titulo suena a contradicción, ya se!. Y no hablo de las millones de camisetas, gorras, afiches, mochilas collares y otros que cada año se fabrican con la imagen del CHE alrededor del mundo y que llenan las arcas de más de un capitalista, No. Hablo de la Revolución como marca en sí misma: la palabra como tal vende y vende bien.

Desde tiempos inmemoriales se invoca desde todas las trincheras el mágico, místico y modernamente marketero poder de esta palabra que, como su raíz latina lo indica, viene a “revolver” todo.

Y es que el poder de convocatoria que tiene la palabra “revolución” es enorme. A una ideología (digo ideología pensando en el mejor de los casos) a una agenda política, plan de gobierno, partido, movimiento, o líder populista, agréguele la chamánica palabrita y verá multiplicarse sus seguidores por cientos, como peces y panes en manos de Jesucristo allá en Judá.

¡Como quisiera poder patentar el uso de la palabrita! y cotizar en la bolsa, pero bueno...veamos:

Agréguele a su partido o movimiento a cualquier nivel la etiqueta revolucionaria y su idea se venderá más que Coca-Cola en verano. Nótese la diferencia:

De FRENTE UNIVERSITARIO a FRENTE UNIVERSITARIO DE LA REVOLUCIÓN

De UNION NACIONAL DE COLEGIALES a UNION REVOLUCIONARIA NACIONAL DE COLEGIALES

De MOVIMIENTO OBREROS UNIVOS a MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE OBREROS UNIDOS

De PARTIDO DE IZQUIERDA PEPITO PEREZ a PARTIDO REVOLUCIONARIO DE IZQUIERDA PEPITO PEREZ

Hay mucha diferencia y se debe al poder cuasi-místico de la palabra.Las palabras tienen historia y provienen del pasado cargado en ella, y en este caso en especia se halla cargado con muchas ilusiones, pero también con mucha sangre.

Por la ilusión que la ha regado, la palabra Revolución siempre llama a los jóvenes y a los inconformes, a los que tienen ganas de ver cambiar su mundo y no tienen idea de cómo hacerlo. Muchos de ellos han derramado su sangre por su anhelo, por perseguir su ilusión. Basta recorrer los libros de historia para encontrar muestras ejemplares de este “nutriente” de la raíz profunda de esta palabra, aquel que llama a la acción e impone respeto e incluso miedo.

Por eso el poder de convocatoria y marketing de la Revolución. Por esto que al invocarla es fácil agrupar los deseos de la juventud inconforme, pues es un punto de encuentro único: cobija a todos quienes quieren un cambio, aunque no sepan cuál o todos quieran cambios diferentes. Todos están de acuerdo en que hay que cambiar (revolver)…pero hacia donde cambiar? Luego verán.

Entonces en este cruce de caminos que ofrece la palabra Revolución para poner de acuerdo a tantos, suelen aparecer quienes aprovechan esta coyuntura y movilizan la masa hacia SU proyecto, SU idea, SU interés, siempre adjetivado revolucionario.

Así se ganan elecciones y popularidad, pero cuidado, que las ilusiones de tanto joven y tanto inconforme siempre miraron hacia caminos distintos, y cuidado, que no hay nada que enardezca más que una ilusión traicionada.

Tenía razón el maestro Wilde al decir que “Mientras más conservadoras son las ideas, más revolucionarios los discursos”

Saludos,

FP