Hace algunos días, por invitación de André Benavides, editor de la Revista Ratio Decidendi, asistí a la presentación del libro “Desafíos a la libertad en el Siglo XXI” del maestro mexicano Miguel Carbonell en la ciudad de Quito. Apenas André me llamo, no dudé en tomar el avión hacia la capital para escuchar al profesor hablar sobre las libertades y adquirir el librito cuyo título resultaba tan llamativo, especialmente en estos días en que el mesianismo político pretende vender seguridad a cambio de libertades ciudadanas.
Carbonell, con su habitual claridad, aborda el tema sin rodeos y asumiendo una posición frontal: “Sobre su propio cuerpo y sobre su propio espíritu, el individuo es soberano” dice citando a Mill. Y es que en nuestros tiempos aún el Estado invade con sus regulaciones espacios que no le corresponden, piénsese en el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la penalización del aborto –que he tratado en un post anterior llamado “algunas cuestiones sobre el derecho a abortar”- , o la criminalización del consumo de drogas que solamente favorece al narco, o los múltiples tipos penales subjetivistas que abundan en nuestra legislación. Precisamente por esto resulta imprescindible la cita que el profesor hace de Mill, no debemos olvidar ese espacio que nos corresponde solamente a nosotros y que no podemos dejar de defender. La esfera privada de libertad necesariamente incluye dos ámbitos sobre los cuales somos soberanos: cuerpo y espíritu, acción y pensamiento, obra y decisión.
Pero la libertad no se agota en la esfera privada. Como dice Constant, a quien el libro dedica un importante lugar, debemos construir espacios de libertad en la esfera pública, esto es, construir democracia participativa, ya que la libertad sobrevive y crece en un orden democrático. Tampoco el único enemigo de las libertades es el poder público, y a esto se refiere también Carbonell partiendo de la noción de democracia como no dominación de Phillip Mampari.
Estos y otros conceptos son profundamente abordados en el libro, cuya lectura resulta indispensable para quienes creemos en la lucha por la libertad en el siglo XXI.
Algo muy interesante y novedoso en este evento, fue la oportunidad de dialogar con el Maestro, quien absolvió nuestras consultas y dudas, reflejando en sus respuestas la solidez conceptual expuesta en el libro. Una de éstas fue cómo hacer para defender la libertad -pregunta que muchos ecuatorianos nos formulamos casi a diario- ante lo cual Carbonell nos sugiere:
1.- ADVERTIR DE QUÉ MISMO HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE LIBERTAD
Que es la libertad es una cuestión que no todos sabemos responder de buenas a primeras. Y es que vivimos rodeados de falsas concepciones de la libertad. Como he dicho anteriormente, una de estas falsificaciones es el entender a la libertad como algo absoluto, la ausencia de normas, como anhelo de una sociedad primitiva en la que todos los seres humanos fueran iguales en todo, sin propiedad, sin leyes ni gobiernos; una sociedad hipotética, pues aquel estado de naturaleza no hubiese sido más que la expresión práctica de la ley del más fuerte, en la que unos pocos, los fuertes, fueran libres, y los muchos, los débiles, no.
Desde otro punto, la libertad también se falsifica al entenderla como la capacidad de cada uno para hacer lo que quiera, al margen de la sociedad, la ley, la moral o la razón. Sin embargo, esta forma de voluntarismo solamente llevaría a la aniquilación de la sociedad, ya que si cada uno hiciese lo que quisiera sería imposible cualquier forma de convivencia, en la cual únicamente el más fuerte sería libre. En este caso, la libertad se aniquila en el extremo individualismo.
Personalmente, si a mí me preguntan, la libertad es la capacidad de cada individuo para construir sus sueños e inventar su destino, siempre en relación a la comunidad en que se desenvuelve, pues la libertad es también un deber y un deber exigente, ya que el ser libres hoy no garantiza que lo seamos mañana.
2.- IR CONSTRUYENDO LA LIBERTAD EN FORMA SOCIAL, RETOMAR EL CONCEPTO LIBERTAD DEJADO DE LADO POR LOS POLÍTICOS.
En esto aplaudo lo sugerido por Carbonell, hay que retomar la libertad en su aspecto social, ya lo ha dicho el profesor mexicano en anteriores escritos y hasta en video (la izquierda que México necesita) y lo reiteró en esta ocasión: Los actores políticos deben retomar el tema de la libertad dentro de sus planes de acción, pues últimamente, especialmente en la izquierda, solamente se habla de la igualdad, olvidando la importancia de la libertad. Pues parece ser que quienes pugnan por votos para cargos de elección popular tienen pánico de mencionar siquiera la palabra libertad, pues quieren evitar toda relación con el satanizado neoliberalismo, olvidando la verdadera concepción de la libertad.
Pensar que la libertad se reduce únicamente a libertad de mercado, es quizá la mas dañina de sus falsificaciones.
3.- DEFENDER LA LIBERTAD CON LA CONSTITUCIÓN EN LA MANO.
No se puede defender la constitución más que mediante la movilización social a través del derecho. Y solamente a través del derecho. No puede pretenderse defender la libertad a través del ejercicio de la fuerza ni de prácticas ilegales vulneratorias de derechos. No se debe olvidar que aún frente a los más avezados tiranos y terroristas, el caer en sus mismas prácticas nos hace iguales a ellos, mas aún, se les da ventaja pues se pasa a jugar en su propia cancha.
Aproveché la ocasión para consultar al Profesor sobre el tema de la libertad de expresión, tan en boga en nuestro país. Con mucha prudencia pero con total claridad, el autor nos dijo:
“Sin libertad de expresión es difícil tener una cosmovisión adecuada. Nos permite contrastar ideas. La libertad de expresión es fundamental al menos para tres cosas, Sirve para la auto realización, sirve para acercarnos a la verdad y sirve para la deliberación democrática. Ni modo que la libertad de expresión sea solamente la libertad para saludar en la mañana”
Y finalmente, terminó magistralmente su intervención con una frase del Juez Jackson, perfecta para nuestra situación actual como país:
“La unanimidad es propia solo de los cementerios. Entre los vivos es buena la pluralidad, un gobierno democrático debe saber tolerar las críticas, de todo tipo.”
Y así, finalizó la conferencia y después de una visita al House of Rock y a los amigos en la capital, tomé mi vuelo de regreso a Cuenca. Cabe recalcar que últimamente han visitado nuestro país importantes personalidades de la filosofía y del derecho, como Luigi Ferrajoli, Boaventura de Souza Santos, y ahora, Carbonell, y todos ellos recalcan en la importancia de la libertad y la defensa del Estado Constitucional.
Es compromiso de nosotros, los jóvenes y en general de todos los ciudadanos el asumir como propia –que lo es- la defensa y la lucha por la libertad. Hay que atreverse a vivir libres, ser quienes somos y construir lo que queremos ser. La libertad es un riesgo, una aventura. No hay que tenerle miedo a la libertad, en todas sus formas.