Que es ser
liberal?
En los últimos
días, el mundo tuitero ecuatoriano ha estado muy entretenido con cruces de cartas y opiniones muy importantes,
desde la Carta al Candidato Lasso y su correspondiente respuesta, hasta la
Carta a los Progres, seguida de multiples posts en contestación.
Un tema central
ha sido la existencia de un liberalismo-conservador y de un progresismo de
izquierda de libre mercado. Apareciendo contradicciones interesantísimas que me
recuerdan a la “Monja Atea” de Leopoldo Panero.
Por esto, me he
sentado a escribir hoy sobre lo que es ser liberal y lo que implica -desde mi
visión personal- vivir como liberal.
En primer lugar,
la etiqueta “liberal” significa cosas distintas según el lugar donde se emplee.
En el mundo anglosajón, suele identificar a lo que llamaríamos “izquierda”
inclusive a los radicales socialistas. Todo lo contrario a lo que suele
implicar en Latinoamerica, donde se ha satanizado el término refiriéndose al “neoliberalismo”,
confundiéndolo con el Mercantilismo Corporativo, que tiene de liberal lo que yo
tengo de astronauta.
Sin embargo,
podemos encontrar presupuestos básicos del liberalismo político, que es al que
me refiero, que en el mundo anglosajón se ha llamado “libertarianismo”. Estos
son: la democracia republicana, la economía de mercado, el Estado de Derecho, y
por sobre todo, la defensa del individuo –ciudadano- frente al Estado
Interventor y sus abusos.
Y aún así, quizá
lo mas importante del liberalismo es el respeto y la posibilidad de disentir y
de debatir con altura. La posición de algunos liberales respecto del aborto o
de las drogas puede ser muy diferente de la de otros liberales, pero en el
fondo, un verdadero liberal sostendrá “Yo
pienso esto, pero no te impongo mi pensamiento y escucho el tuyo con respeto”
Y es que para
ser liberal, hay que partir de dos principios, de los que derivan directa o
indirectamente todo lo demás: LA PROPIEDAD DE UNO SOBRE UNO MISMO, y el
PRINCIPIO DE NO AGRESION.
Yo soy dueño de
mi mismo, de mi cuerpo y de mis pensamientos, así como tú eres dueño de los
tuyos.
Esta es la
verdadera soberanía, la soberanía individual. Es por esto que el liberalismo es
básicamente tolerancia y respeto hacia los demás, a reconocernos diferentes
entre iguales.
Por esto el
principio de no agresión: No puedo usar legitimamente la fuerza (sea violencia física
o violencia coercitiva estatal) contra otras personas, salvo que sea para
repeler una agresión.
De estos
principios derivan los derechos individuales fundamentales para el liberalismo:
libertad, integridad, propiedad y búsqueda de la felicidad.
Si soy dueño de
mi mismo, debo ser libre. Libre de emplear mi tiempo y esfuerzo como considere
conveniente, y de decidir sobre mi cuerpo y pensamiento como me plazca, siempre
que no dañe a otros, limitado así por el principio de no agresión.
Si soy dueño de
mi mismo, soy dueño de mi tiempo y esfuerzo, de mi trabajo y lo que hago con
el, y por esto, lo que se modifica, transforma o crea con ese esfuerzo y
tiempo, origina mi legítima propiedad. A la inversa, cuando los impuestos
excesivos usurpan estos frutos de mi tiempo y esfuerzo, el Estado me está
robando horas de trabajo, lo que equivale a trabajo forzado sin remuneración,
es decir, horas de esclavitud.
Si soy dueño de
mi mismo, nadie tiene derecho a agredirme, ni a mí ni a mi propiedad ni a mi
libertad; sea mediante la fuerza física o mediante la fuerza coercitiva del
Estado, así como yo no puedo legítimamente emplearla contra otros individuos.
Finalmente, si
soy dueño de mi mismo, tengo derecho a construir mi propio proyecto de vida, a
decidir sobre mi futuro y perseguir mis ideales y sueños, siempre que para ello
no emplee la fuerza contra los demás.
Por estas
razones, es el liberalismo la filosofía de la tolerancia, el respeto y la
humildad. Pues los liberales no nos creemos sabios como para pretender imponer
una convicción, una moral o siquiera una decisión a otros, ni para imponerle a
una persona un plan, menos aún a toda una economía.
Dicho esto, ¿cabe
un liberalismo conservador? Si, dependiendo de los niveles de la discusión. Una
persona puede efectivamente ser conservadora respecto de sus convicciones
personales, por ejemplo, ser alguien muy apegado a una religión, valorar
personalmente la tradición y la familia, negarse a consumir drogas o pensar que
jamás abortaría; mientras que no busque imponer dichas convicciones a los
demás, por ejemplo, mediante una ley o una política pública, podría
considerarse también un liberal.
Así, una persona
íntimamente conservadora, puede ser también liberal. Así como otra persona
puede ser abiertamente liberal en sus convicciones personales también, como por
ejemplo, experimentar con drogas por creatividad o considerar que personalmente
sí abortaría, y mientras no intente imponer éstas convicciones mediante la
coerción, ser efectivamente liberal.
Puede haber
también personas que, conservadoras en lo personal, pretendan imponer su visión
a los demás, pensando que “si algo es pecado, DEBE también ser perseguido como
delito”. Evidentemente, no serían liberales. Así como puede haber gente que,
liberales en lo personal, propongan la intervención estatal obligatoria o la
regulación mandatoria respecto de esos temas u otros, que tampoco serían
liberales.
Un verdadero
liberal reconoce la pluralidad de sistemas morales y de convicciones personales,
ninguna de las cuales es descalificable como “inmoral” por el hecho de que no
se la comparta. Por esto, el liberalismo como filosofía de tolerancia y de
humildad, equivale a decir que cada ciudadano es soberano sobre si mismo, su
vida, integridad, propiedad y su proyecto de vida o dignidad, y que nadie puede
legítimamente decirle qué es lo que debe obligatoriamente hacer con ellas;
nadie sabe mejor que hacer con su vida que uno mismo. Respetar esa soberanía
del otro, y exigir respeto por la propia, eso es ser liberal.
Saludos,
FP